viernes, 29 de octubre de 2010

Quizás, la diferencia ontológica entre lo Virtual y lo Actual se capta de manera privilegiada por la variación en la forma en que la física cuántica concibe la relación entre las partículas y sus interacciones: en el momento inicial, aparece como lo primero (al menos ontológicamente), que hay partículas que interactúan a la manera de las ondas, las oscilaciones, etcétera; pero, en un segundo momento, nos vemos obligados a efectuar un cambio radical de perspectiva: el hecho ontológico radical son las propias ondas (trayectorias, oscilaciones), y las partículas no son otra cosa que los puntos nodales en que se cruzan las diferentes partículas. Esto nos lleva a la ambigüedad constitutiva de la relación entre lo actual y lo virtual: 1) el ojo humano redúcela percepción de la luz; actualiza la luz de un cierto modo (percibiendo ciertos colores, etcétera), una rosa de un modo diferente, un murciélago de un modo diferente... "En sí mismo", el flujo de luz no es nada real, sino más bien la pura virtualidad de posibilidades infinitas que se actualizan de formas muy diferentes; 2) por otra parte, el ojo humano amplía la percepción, inscribe lo que "realmente ve" en la complicada trama de recuerdos y anticipaciones (como Proust con el sabor de la magdalena), puede desarrollar nuevas percepciones, etcétera.
Zizek, Organo sin cuerpo

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