lunes, 4 de agosto de 2008

game over

Termina la película, aparecen los créditos y la gente se levanta. Está sentado en medio de la oscuridad y del silencio que de apoco se apodera del ambiente a medida que la música concluye.
Con la mirada fija en la pantalla, la cabeza sigue dandole vueltas a los "y si en vez de" o "habría sido mejor que" pero ya es tarde, fuera de toda discusión acabó. Y qué se hace entonces?
Los nombres dejan de aparecer, las luces se encienden y los empleados barren la sala recogiendo los restos (vestigios) dejados por las personas ahora ausentes. Pero una se niega a salir, le cuesta aceptar que la película terminó, o más bien, no sabe cómo integrar eso en su vida.
Detesta los finales abiertos, les considera de mal gusto. O se cierra o no se cierra y si no se cierra no se baja el telón, o al menos no debería. Pero sin ninguna consideración lo hace y le deja ahí sentado, cubriendo con las manos su vientre, subiendo el cuello de la chaqueta y buscando el cigarro que prometió dejar. Pero no lo encuentra, ahora es él quien le dejó.
Más vale acostumbrarse, así es la vida. Mejor irse caminando, la noche está estrellada y no hace tanto frio.

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