domingo, 19 de octubre de 2008

Parto de la base de mi creencia en que en algún grado soy un artista. Entiendo artista como una persona con la necesidad de expresar ciertas inquietudes, sensaciones, opiniones y dudas a través de lenguajes artísticos. Estos comparten entre sí la capacidad de convertir elementos en sinónimos de otros, colmarlos de significado, otorgarles sentido o tensar su lectura convencional hacia otras quizás no menos convencionales pero que para el creador posean algún valor especial.

En mi caso nunca hasta hace algún tiempo me atreví a definirme como tal. Ahora siento la necesidad de hacerlo para llevar los espontáneos brotes que han quedado guardados en este blog, en algunos mails y en varias hojas sueltas y prontas a perderse hacia un nivel más concreto y serio. Me prgunto como hacerlo.

Leía hace un rato,del libro Esculpir en el tiempo de Andrei, sus inclinaciones estéticas y son claramente posturas éticas, principios de algún modo morales, fuertemente personales pero también universales, sobretodo en su vocación humanitaria. Resulta que tiene un idea totalmente clara de la función del arte, del modo en que puede llegar a serle útil a alguien y de la relación del arte con el público e incluso con el sistema que permite su producción.

Pues bien, yo no me atrevo mucho a decir que me gustaría ser un cineasta porque mi experiencia con el arte es muy precaria y no sé en qué modo concreto podría llevar a puerto las pocas ideas de historias cinematográficas que tengo en la cabeza. Además del tema de la substistencia que en el supuesto de dedicarme a la pedagogía en música me parece un poco incierta.

Pero de todos modos, independiente de lo que con la cotidianeidad ocurra, mi vida -si me reconozco como artista- debería tener algún norte, alguna tendencia y algún ideal que seguir. Por ejemplo Andrei piensa que el arte debe "explicarle al hombre cuál es el motivo y objetivo de su existencia en nuestro planeta. O quizá no explicárselo, sino tan sólo enfrentarlo a este interrogante.", lo cual obviamente a mi me queda grande, o quién sabe quizás no. Y ese es justamente el punto.

Creo que he llegado al punto en que requiero hacerme de -al menos- un sistema desde el cual gestar cualquier obra futura. Cuestionar la necesidad de hacer arte,  qué deseo transmitir, los materiales o recursos que me lo permitan, etc. Todas estas preguntas creo que deberían ser respondidas al menos por cada obra, y con el tiempo idealmente entre estas ocasionales respuestas debieran aparecer constantes.

Así que se me ocurre que quizás este blog va a : 1-mutar hacia una bitácora de los preámbulos de alguna obra particular o 2- caer en el desuso y consiguiente olvido. 

Es que con el tiempo ya no sé si valoro tanto los resultados de mis improvisaciones, por otro lado valoro más el concepto en sí de improvisación.

Traigo ahora las palabras del poeta Humberto Diaz-Casanueva: "La circunstancia más fortuita o el motivo más futil pueden despertar la voracidad creadora [...] El poeta logra concentrarse en el acto creador porque ya está grávido" Entonces lo que pretendo es eso, dotarme de esa gravidez a través de sucesivas decisiones conceptuales que moldeen la pieza que necesite o desee crear.  

 Lo que pretendo es lograr aprehender lo subyacente del arte. No creo en las lecturas exclusivamente emocionales o epidérmicas, quiero decir que me parece que lo más valioso de la vida está velado a la simple vista, más bien que se encuentran a simple vista las pistas que si nos comprometemos e interpretamos y si las conectamos con toda la información que tengamos, solo entonces tendremos una apreciación jamás del todo completa pero mucho mayor que las primeras impresiones. Veo que no estoy siendo del todo coherente

Pienso en la lectura de piezas de arte, de personas o de cartas del tarot como la misma cosa, por ende sé que la intuición juega un rol fundamental a la hora en que en nuestro interior se opta por asociar alguna cosa con una especificamente y no con otra que de algún modo pueda parecer igualmente válida de relacionar, me refiero a la llamada "asociación libre". Creo que la intuición trabaja sobre la base de la información con la que contamos, o sea que la considero metarracional, no a racional ni extra racional. Creo también que esta se puede equivocar, o si es por endiosarle, que no siempre sabemos interpretar o responder bien a nuestra propia intuición.

Estoy trabajando sobre la premisa que tanto la gestación como la lectura de arte funcionan de modo similar, de ahí que ambas puedan ser encaminadas de modo consciente. Esto parece evidente, pero lo que me sirve de esta afirmación no es tanto la palabra camino como el concepto de pavimentar. 

[...]

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